Una evaluación de terrenos abandonados en toda la comunidad ayuda a comprender e identificar las condiciones ambientales, incluidos los posibles peligros, contaminantes y recursos en una propiedad. Debido a que los contaminantes ambientales no tienen límites, las investigaciones pueden comenzar en un sitio, pero expandirse a otra propiedad para comprender el alcance de las posibles actividades de limpieza. Las herramientas desarrolladas por la EPA de EE. UU. están disponibles para determinar las condiciones, conocidas como Evaluaciones Ambientales del Sitio (ESA) de Fase I y Fase II.

Fase I: Para ayudar en la identificación de posibles peligros y/o contaminantes, las ESA de Fase I generalmente implican examinar los usos actuales e históricos mediante la revisión de registros/bases de datos, inspección visual, entrevistas con propietarios, vecinos adyacentes y/o empleados anteriores. No se requiere perturbación del suelo para una ESA de Fase I.

Fase II: Se recomienda si los resultados de la Fase I de la ESA revelan contaminación conocida o potencial encontrada en la propiedad. Profesionales ambientales calificados desarrollan planes de muestreo para evaluar la calidad del agua. presencia potencial de contaminantes en suelos, aguas subterráneas o edificios vacíos, y determina las fuentes y exposiciones. Los planes de limpieza se desarrollarán consultando con VA DEQ y los programas tribales de zonas abandonadas antes de proceder con las actividades de reutilización o reurbanización.